Lo distinto es que no van a buscarlos a Bolivia, Cuba o Venezuela, los tienen a mano y en casa.Por obra y gracia de la moción de censura del Psoe al gobierno, sus socios constitucionalistas empezaron a soltar sapos y culebras no más se enteraron, pero al miedo como argumento no le basta la cárcel ni las mordazas; el miedo como demonio lleva otras prácticas.
Mientras tanto van enseñando sus armas, que en definitivas son palabras que pueden entenderse de dos maneras, según la ocasión:
nacionalistas cuando aprueban presupuestos generales del estado o sus cargo en el congreso o separatistas cuando van contra ellos; por tanto lo mismo rompen o unen a España, todo depende del fin, el contexto y sus prácticas.
Demonios tienen que ser quienes institucionalizan la corrupción en un país desde un partido y en un gobierno.Los mismos que ponen y quitan jueces y leyes donde va la política, y que como política hacen subir y bajar los valores bursátiles, arma de un capital siempre al asecho y victimario de la gente.
La patria del capital es el dinero señores demonios, y también la vuestra.
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