Cuando la noche va al monte, los venaditos beben de la luna en los charcos.O se quedan mirándola en el fondo, como temblando de frío o agitándose, cubierta de reflejos cristalinos.Entonces los venaditos piensan que la luna es más linda bajo el agua, porque vibra y parece que respira, y los calma la sed, y deja como un sorbo de luz en sus gargantas.
Escrito para Osmani (1987)
Alberto Serret.
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