8 de abril de 2018

Dos Palomas

El niño vio cuando las dos palomas llegaron del llano a la ciudad. Era un verano tibio y las hojas ocultas de los árboles brotaban por los nudos chorreantes de resina. Entre calle y calle se extendían los rectángulos de tejas coloradas, y entre casa y casa los postes de algún tendido eléctrico.
La paloma negra y la paloma pinta decidieron quedarse en la ciudad y buscar un rincón donde asentar su nido.Las alas rumorosas, como de blanco acero, escogieron lugar debajo del tragante de una canal estrecha.
- Pero ..., ¿ y las lluvias, papá ? - se preocupó el niño - ; con las lluvias de mayo, sus huevos serán arrastrados por el agua que baja torrencial de los aleros, y las dos palomas se quedaran solitas, sin nada que empollar durante meses...¡ No las dejes, papá, no las dejes!
El niño supo entonces que hay que escoger muy bien el sitio para el nido.Ese lugar seguro del verano donde el sol y la lluvia no arrastren con su ímpetu, canal abajo, los huevecitos del amor.
Escrito para Osmani (1987)
Alberto Serret.


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