
Es una palabra cubana, y fue a mi hermano a quien le oí por primera vez: "te lo digo en cubano, para que me entiendas…", y después de eso quedó la guasa del idioma cubano en la familia.Con el tiempo pude comprobar que mi hermano estaba acertado al respecto.
Ahí estaban mis compañeros de trabajo para ubicarme siempre en tiempo cubano. Fue cuando oí aquello de: ¡artista!, para nombrar al cubano que estaba fuera de revolución, sí, sí, eso mismo, el que hablaba pero sonaba distinto a lo que marcaba la velocidad de reproducción, como cuando oíamos música distorsionada en los tocadiscos por poner la velocidad equivocada.
Todos los cubanos llevamos un artista dentro. Pero ojo, cuidado, peligro; una cosa es ser artista, y otra bien distinta estar en el artistaje.
El artistaje es esa corriente carismática nacida bajo los signos del oficialismo de La Habana, esos creadores con cuentas bancarias personales, casas, propiedades, etc. etc. extramuros, los mismos que conceden entrevistas a los medios de comunicación foráneos sin ser excomulgados por el régimen cubano, por tanto vienen siendo la “cara creadora” del totalitarismo criollo.
A los del artistaje les preguntan por La Libertad y contestan con El Bloqueo, les preguntan por La Miseria y responden con África, le hablan del Hombre Nuevo y dicen Che Guevara, y así sucesivamente en preguntas sobre Cuba, invariablemente responden con el ámbito internacional -que no por gusto son los que viajan-.
¿Moraleja?
Los del artistaje son los creadores de sus ganancias que les permiten vivir fuera de sí y de la realidad cubana.